viernes, 3 de octubre de 2008

"Elizabeth Bathory, depravación sangrienta"


La dama sangrienta", quizás una de las asesinas en serie más famosas de la historia. Se dice que tiene en su haber más de seiscientas víctimas. Famosa por su extrema crueldad y desorbitado gusto por el líquido carmesí que todos llevamos dentro.
Dicen algunos que Bram Stoker no se basó tanto en Vlad Tepes como en Elizabeth Bathory, el problema era su sexo, pensaba que la mentalidad de la época posiblemente no entendiese que una mujer fuese tan vesánica. Por lo tanto su novela no tendría tirón comercial.
Elizabeth nació en Hungría (1560), de familia ilustre. Fue hija de un matrimonio consanguíneo. Pariente lejana de Vlad Tepes. Se dice que en su más tierna infancia padeció violentos ataques, algo parecido a la epilepsia. Tuvo la suerte de recibir una educación superior a la mayoría de los hombres del lugar.
Fue prometida a los once años con el conde Ferenc Nadasdy, vasallo del Emperador, general y cruento guerrero. Famoso por empalar a su víctimas en el campo de batalla, por ello fue conocido como “el héroe negro de Hungría”.
Un año después fue a vivir al castillo de los Nadasdy. Es a los trece años cuando queda embarazada de uno de los muchachos del castillo, el cual tuvo como destino ser castrado y arrojado a los perros. El bebé se hizo desaparecer.
Dos años más tarde se casa con Ferenc y se va a vivir con su odiada suegra Úrsula al castillo.

El matrimonio a menudo conversaba sobre las maneras más acertadas para castigar a la servidumbre.
Fue su marido quién inicia a Elizabeth en las técnicas de tortura. Una de las favoritas para ella en los primeros tiempos, era la de introducir finas agujas bajo las uñas de sus sirvientas o clavárselas en la piel. Otras veces las echaba a la nieve y después les vertía agua fría para ver cómo se congelaban y definitivamente perecían.
Otra de sus torturas consistía en sacarlas desnudas al exterior y untar sus cuerpos con miel. Permanecían así un día entero, en el que eran picoteadas por toda clase de insectos.
También solía colocar llaves y monedas candentes en las manos de sus doncellas.

A los 44 años queda viuda (1604), aquí es cuando su carrera de asesina da comienzo. Al instante echa fuera a Úrsula y al resto de lo Nadasdy. Las muchachas protegidas por su suegra fueron cruelmente torturadas en los sótanos.

La pesadilla dio comienzo cuando una de sus sirvientas le tiró del pelo, mientras la peinaba. Directamente le reventó la nariz de un fuerte bofetón. Debido a ello gotas de sangre discurrieron sobre la piel de Elizabeth. Le dio la impresión que en los lugares donde había sangre, las arrugas habían desaparecido. Pensó que había encontrado el elixir de la eterna juventud y apoyada por brujas y alquimistas dio rienda suelta a su locura.
Con la ayuda del mayordomo Thorko y Dorottya, desnudaron a la joven, provocándole un corte profundo en el cuello, recogiendo su sangre con un barreño. Allí, Elizabeth se bañó y bebió el preciado líquido.
Sus ayudantes fueron recolectando por los alrededores a jóvenes comprendidas entre los 9 y 26 años para satisfacer las necesidades sangrientas de la condesa.


En la época en la que los errores de Gabor, (su hermano y príncipe de Transilvania), la pusieron en una situación delicada, tuvo como pasatiempo el quemar genitales femeninos con velas y hierros candentes. También se dice que asaltaba a las doncellas, mordiéndoles en las mejillas, hombros y pechos, sobre todo cuando padecía jaqueca. Todo esto sucedía en su estancia de Viena, acompañada por Dorottya.


En su castillo de Csejthe fue donde utilizó la “doncella de hierro” o “virgen de hierro”. Sarcófago que reflejaba la silueta de una mujer y que estaba formado por afilados pinchos. Era su instrumento de tortura preferido. Había sido fabricado por un relojero alemán y ella misma lo adquirió en Núremberg.
Un armazón autómata metálico de forma humana. Dotado de un mecanismo para mover los labios y abrir los ojos. Para que se accionase era preciso tocar algunas piedras preciosas de su collar. Al momento respondía con horripilantes sonidos metálicos y lentamente levantaba los brazos y abrazaba a la joven que en su interior estuviese. A continuación sus senos se abrían, emergiendo de ellos cinco puñales que se introducían en su piel. Cuando el sacrificio se consumaba, se tocaba la piedra de su collar y los brazos caían. Asimismo cesaba su sonrisa y sus ojos se cerraban. La condesa observaba todo con sádico detenimiento, ataviada con un traje blanco.


En el año 1609, debido a la carencia de doncellas por los alrededores, tuvo que recurrir a las niñas y adolescentes de buena familia, con el pretexto de proporcionarles una educación.
Este error, el utilizar vírgenes nobles y el fallo de enterrar cadáveres en lugares demasiado insensatos, además de otros hechos, la condujeron directamente a la perdición.
En el 1611 fue procesada por el rey Matías II de Hungría, debido a prácticas aberrantes y herejía, retirándola en una alcoba, en la que no tenía contacto con nadie y cuya escasa vianda era pasada por una rendija. En aquella situación insalubre duró tres años más.
Sus aliados fueron torturados y muertos en la hoguera.

Época en la que era común castigar y martirizar a los siervos, realizar todo tipo de barbaridades con la mayor naturalidad, en ese escenario se encontraba ella, “la condesa sangrienta”. Una ya mítica vampira en la historia de la humanidad, un ser cruel, despiadado y sádico. Una mujer desesperada por sentir más allá de su imaginación, valiéndose de cientos de vidas, regodeándose con su sangre y soñando con la eterna juventud.

0 comentarios:

 
Sinfonía Dantesca - © 2007 Template feito por Templates para Você